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Tipos teóricos e indicadores de evaluación educativa (página 2)



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Un aspecto que debe considerarse para desarrollar sistemas de indicadores
es el número de éstos que deberá incluirse. A este respecto,
la literatura señala que los sistemas extensos de indicadores pueden
resultar inmanejables y demasiado complejos, con lo cual se volverían
poco útiles (Blank, 1993; McDonnell y Oakes, 1989; Shavelson, McDonnel
y Oakes, 1989). Por consiguiente, es deseable que prevean sólo un número
esencial de indicadores. No obstante, aún existe una falta de consenso
acerca de la cantidad de indicadores que puede considerarse aceptable y funcional
dentro de un sistema de indicadores en particular. "Algunos autores, como
Dickson y Lim (1991), plantean que se deben incluir entre cinco y ocho; otros
(por ejemplo, Blank, 1993), que basta con doce, mientras que algunos como Hafner
y Buchanan" (1992) recomiendan un máximo de veinte.

Resulta evidente que el número de indicadores debe tomar en cuenta los rangos que se establecen en la literatura, sin que esto se convierta necesariamente en una regla de oro que no debe ser quebrantada. Al tomar la decisión del número de indicadores a incluir, se debe también considerar el contexto particular en el que se inscribe el sistema, y en función de éste, precisar el número de indicadores que lo constituirán.

Metodología

El presente artículo científico se desarrolló bajo los criterios de los métodos: deductivo, inductivo, sintético, comparativo y crítico, destacando algunos autores con sus comentarios y alcances referidos al tema de proyectos educativos, específicamente modelos de evaluación, y que nos han servido para la culminación del trabajo.

DISCUSION:

?En el contexto de esta discusión resulta importante señalar que la definición de indicadores y el establecimiento de estándares y criterios de evaluación son actividades que no sólo deben estar sustentadas sólidamente en las teorías y prácticas educativas más avanzadas. Deberá, asimismo, reconocerse que no sólo sirven a la función de determinar si se han logrado las metas del sistema, sino que pueden indicar o guiar el rumbo que ha de seguir el propio sistema educativo.

?La selección de un modelo de evaluación refleja no sólo una posición teórica, sino política y ética. Las decisiones respecto de quiénes participan en el diseño de los indicadores, estándares y criterios, la jerarquización de los indicadores, el número de indicadores y el tipo de estándares reflejan la visión de quienes tienen la posibilidad de influir desde la planificación y, en particular, durante el monitoreo del sistema en dirigir y corregir el rumbo de las acciones del sistema educativo, de tal manera que se alcancen los fines que se pretenden en materia educativa.

?La solidez de las decisiones dependerá de qué tanto se sustenten éstas en el conocimiento informado respecto de los avances más sobresalientes en materia de teoría y práctica de la evaluación educativa, así como en una discusión profunda sobre las urgentes acciones que se requiere tomar para redirigir las acciones del sistema hacia el logro de metas que reviertan los efectos de la exclusión y desigualdad sociales.

?Los sistemas de evaluación pueden contribuir a estos
fines apoyando los sistemas educativos en la definición más clara
de sus metas y en el establecimiento de sistemas de información que permitan
monitorear adecuadamente el sistema y evaluar su impacto en el corto, mediano
y largo plazos.

Conclusiones finales

Se manifiesta por criterios:

El Primer criterio se ubica dentro del concepto de la libertad. De acuerdo a los presupuestos de Montessori (1937, 1957) y Decroly (1927), la libertad aparece como la posibilidad del desarrollo de la potencia intelectual y socio afectiva de estudiantes y maestros en el desarrollo del proyecto pedagógico. El criterio de la libertad mediante la inducción como principio investigativo, nos arroja pues una primera luz para evaluar un proyecto en el aula.

El Segundo criterio se entiende que son innegables las nociones de actividad y autoactividad en los métodos activos que dan sustento al enfoque de proyectos. De este modo, una y otra deben hacer parte de una propuesta de evaluación de proyectos pedagógicos.

El Tercer criterio para evaluar proyectos pedagógicos: parte de una reflexión desde el origen Todo proyecto pedagógico, pues, se organiza bajo el supuesto de favorecer las estrategias que estimulen la investigación y la gestión del autoaprendizaje, para lo cual se requiere de una mirada holística del conocimiento escolar

El Cuarto criterio está referido a la Comunidad y la construcción, La manera como el proyecto afecta a la "sociedad embrionaria" que es la escuela y el impacto en la comunidad en la cual se inserta, es un aspecto vital, más aún en contextos como el nuestro, para el que es fundamental "lograr aprendizajes esenciales para los estudiantes y pertinentes para la sociedad".

En el Quinto criterio, es necesario señalar que el proceso de selección de indicadores es una tarea influida por múltiples factores, que incluyen, por una parte, las disposiciones legales (leyes, reglamentos, normativas, etcétera) y las metas nacionales e internacionales establecidas para el sistema educativo, y por la otra, los problemas y los retos que la sociedad en su conjunto

Sáez López, José Manuel (2010). Utilización de las TIC en el proceso de enseñanza aprendizaje, valorando la incidencia real de las tecnologías en la práctica docente. Revista Docencia e Investigación, nº20. pp. 183-204 plantea al sistema educativo, así como la información que proporcionan los resultados de la investigación en el campo educativo.

Fuentes consultadas

? Decroly, O. (1927). Libertad y educación. Madrid: Revista de Pedagogía.

? Dewey, J. (1918). Las escuelas del mañana. Luzuriaga, L. (Trad.). Madrid: Librería de los Sucesores de Hernando.

? Montessori, M. (1937). El método de la pedagogía científica. Palau Vera, J. (Trad.). Barcelona: Casa Editorial Araluce. — (1957). Ideas generales sobre mi método. Segunda edición. Buenos Aires: Losada.

? Morin, E. (2000). Introducción al pensamiento complejo.

Barcelona: Gedisa.

? Escudero, T. (2003). Desde los tests hasta la investigación evaluativa actual. Un siglo, el XX, de intenso desarrollo de la evaluación en educación. García–Cabrero, B. (1995). La educación preescolar y sus efectos en la prevención de problemas escolares durante la primaria, en G. Acle (ed.). Educación especial, evaluación, investigación. México: FES–Zaragoza, UNAM.

? Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (2008). Panorama educativo de México 2008. Indicadores del sistema educativo nacional.

? Morduchowicz, A. (2006). Los indicadores educativos y las
dimensiones que los integran
. Buenos Aires: IIPE- UNESCO.

Muñoz-Izquierdo, C. & Márquez, A. (2000). Indicadores del
desarrollo educativo en América Latina y de su impacto en los niveles
de vida de la población. Revista Electrónica de Investigación
Educativa.

 

 

 

Autor:

Morales Rodriguez, Jaime Carlos.

Maestrista del II Semestre en la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, Escuela de Posgrado-Maestría en Liderazgo y Gestión.

Guillermo Rosas, Carlos.

Maestrista del II Semestre en la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, Escuela de Posgrado-Maestría en Liderazgo y Gestión.

Perez Villanueva, Amorin Roy.

Maestrista del II Semestre en la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, Escuela de Posgrado-Maestría en Liderazgo y Gestión.

Asesorado por David Auris Villegas, doctorando en la Atlantic International Universityde EEUU. Perú, 2016

Enviado por:

Joel Roland Capcha Ramos

 

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